La gran pregunta que se hacen todos los emprendedores que comienzan es: “¿hacia dónde debo enfocar mi idea?”. Y sinceramente, no parece haber una respuesta fácil. Sin embargo, mientras creábamos los contenidos para UniMOOC, nos hemos dado cuenta de que sí parece existir una serie de nuevas inquietudes o áreas donde parece existir cierto margen con bastante recorrido.
Los sectores detectados por nuestros emprendedores son:
- El sector energético. En los próximos años, las fuentes contaminantes deberán dejar paso a las energías limpias y más eficientes. Por un lado, se mejorará el rendimiento de los combustibles fósiles gracias a la nanotecnología, y por otro cada, cada vez será más palpable la sustitución de las fuentes contaminantes por las renovables.
- Materiales. De nuevo la nanotecnología será clave en la mejora de nuevos materiales que servirán para cualquier elemento de nuestras vidas cotidianas: estructuras con mayor capacidad aislante, o más rígidos, o que no emiten calor, revolucionarán desde las paredes de las casas, hasta las baterías de los portátiles. El grafeno es la prueba del largo camino que aun queda por recorrer.
- Alimentación y recursos naturales. En un sector tan maduro como lo es el de la alimentación, aun queda mucho por hacer, sobre todo en materia de exportación e e-commerce. En un mundo donde la comida preparada y el fast food empieza a ganar peso sobre la natural, la exportación de productos frescos y la digitalización del cliente pueden tener la llave del éxito para algunas cadenas.
- Internet de las cosas y ciudades inteligentes. El siguiente paso en la era digital se llama Internet 3.0, o Internet de las cosas, que deberá tener su inmediato impacto en las casas y ciudades. Un proceso largo y costoso, pero que debería permitir crear un lenguaje común a todas las máquinas, capaces de interactuar entre ellas y con el ser humano de forma casi automática. No hablamos de la era de los robots, pero sí de cuantiosas utilidades que podrán hacer la vida de las personas mucho más sencilla: desde calentar el horno cuando estemos llegando a casa, hasta habilitar los semáforos de las calles en función del tráfico.
- Sector financiero. El dinero ha muerto. ¡Viva el dinero! En efecto, el dinero físico tiene sus días contados, incluso las tarjetas de crédito. Los dispositivos móviles y los sistemas de pago darán paso a una nueva era de micropagos realizados desde nuestro smartphone empleando nuestras cuentas bancarias… o por qué no, nuestras ID de Paypal, Market de Android, o Appstore de Apple. Se acercan cambios en el sector.
- La medicina. La sociedad envejece cada vez más rápido, fruto de los mejores tratamientos y una mayor calidad de vida. Debido a esta situación, la privatización de la sanidad empieza a dejar de ser una pesadilla para convertirse en algo latente. Por suerte, las nuevas tecnologías permitirán abaratar el coste: la telemedicina permitirá un autochequeo y un diagnóstico rápido para enfermedades menores, sin necesidad de acudir al médico de cabecera. Además, dispositivos como el iphone ya cuentan con gadgets capaces de medir nuestra tensión arterial o las calorías ingeridas. Todo por una salud de hierro.
- Las TIC. Aunque las tecnologías de la información y comunicación representan la ola presente, no podemos obviar que seguirán unidas a los sectores de futuro, y serán necesarias para llegar a los clientes. Los smartphones, tabletas y -próximamente- televisores, relojes y gafas inteligentes, serán soportes donde desarrollar desde el e-commerce, hasta la creación de aplicaciones útiles y usuables. En definitiva, un sector con más futuro que presente, y eso ya es decir.